Soy adventista del Séptimo día y Creo en la Deidad tal como la revela la Biblia y El Espíritu de Profecía:

Hay tres personas vivientes en el trío celestial...el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, las tres grandes Personalidades, dignatarios del cielo.

Hijos e Hijas de Dios, Página 353

La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la participación del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén

2 Corintios 13:14

lunes, 27 de febrero de 2012

La visión se cumplirá ciertamente

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. Habacuc 2:3.

La fe que fortaleció a Habacuc y a todos los santos y justos de aquellos tiempos de prueba intensa, era la misma fe que sostiene al pueblo de Dios hoy. En las horas más sombrías, en las circuntancias más amedrentadoras, el creyente puede afirmar su alma en la fuente de toda luz y poder. Día tras día, por la fe en Dios, puede renovar su esperanza y valor... Al servir a Dios, no hay por qué experimentar abatimiento, vacilación o temor. El Señor hará más que cumplir las más altas expectativas de aquellos que ponen su confianza en él. Les dará la sabiduría que exigen sus variadas necesidades.
Acerca de la abundante provisión hecha para toda alma tentada, el apóstol Pablo da un testimonio elocuente. Le fue asegurado divinamente: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Con gratitud y confianza, el probado siervo de Dios contestó: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12:9, 10.
Debemos apreciar y cultivar la fe acerca de la cual testificaron los profetas y los apóstoles, la fe que echa mano de las promesas de Dios y aguarda la liberación que ha de venir en el tiempo y de la manera que él señaló. La segura palabra profética tendrá su cumplimiento final en el glorioso advenimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes y Señor de señores. El tiempo de espera puede parecer largo; el alma puede estar oprimida por circunstancias desalentadoras; pueden caer al lado del camino muchos de aquellos en quienes se puso confianza; pero con el profeta que procuró alentar a Judá en un tiempo de apostasía sin parangón, declaremos con confianza: “Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra”. Habacuc 2:20. Recordemos siempre el mensaje animador: “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá... El justo por su fe vivirá”. vers. 3, 4.
42La Historia de Profetas y Reyes, 285, 286.

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